50.000.-Visitantes

Bienvenidos a Toda la Información.

miércoles, 3 de febrero de 2016

HIPERTENSIÓN ARTERIAL. LA EPIDEMIA DEL SIGLO XXI

Junto a la obesidad la Hipertensión Arterial es una de las principales epidemias de este siglo. La padecen casi todos los Seres Humanos del planeta Tierra, aunque una gran parte de la humanidad desconocen que la sufren. Que esta patología pueda producirse sin síntomas evidentes, es precisamente lo que aumenta su peligrosidad. Ya que si no se controla, puede llegar a provocar infartos o ictus. Sin embargo, controlarla e incluso prevenirla es posible. A la mayoría de las personas le resulta cotidiana la imagen de un tensiómetro, solo que, se asocia a situaciones excepcionales, como el chequeo médico o una prueba previa a una intervención. Es una de las razones que prácticamente toda la humanidad hipertensa, más del 40% de ella, se encuentra sin diagnosticar. Si nos tomáramos la tensión de forma correcta, con algo más de frecuencia, descubriríamos que comienza a ser una patología más habitual de lo que nos gustaría; lo explican factores como estilos de vida sedentarios y dietas ricas en grasas, que se suman a otros factores no modificables, como edad avanzada -la hipertensión es más común a partir de los 40 años- o predisposición familiar, aunque puede darse también en personas sin antecedentes. El resultado es que cada vez más Seres Humanos la padecen, y se trata de una patología que, de no controlarse, puede desembocar en ictus o infarto de miocardio. La Hipertensión consiste en la elevación de los niveles de presión arterial de forma contínua o sostenida, lo que afecta al corazón, ya que, es un músculo que ejerce presión sobre las arterias para que éstas conduzcan la sangre hacia los diferentes órganos del cuerpo humano. Cuando hay Hipertensión se produce una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular para hacer frente a ese sobre-esfuerzo. Hipertención: causa de graves enfermedades. Ese incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo, lo que puede derivar en insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardiaco se vuelve más irritable y se originan más arritmias. Otra consecuencia es la Arterioesclerosis (acumulación de colesterol en las arterias) y fenómenos de trombosis (pueden ocasionar infarto de miocardio o infarto cerebral) en casos extremos, la Hipertensión Arterial puede reblandecer las paredes de la aorta y provocar su dilatación (aneurisma) o rotura, lo que inevitablemente causa la muerte. De allí que la Hipertensión se encuentre en el origen de muchas enfermedades cardiovasculares, que continúan siendo la primera causa de mortalidad. Los hipertensos multiplican por seis el riesgo de infarto cerebral, además, aumenta en un 70% el riesgo de deterioro cognitivo y el de demencia vascular, la segunda causa de demencia en adultos tras el mal de Alzheimer. Como controlar la Hipertensión, aunque todos estos datos parezcan dibujar un panorama poco alentador, la buena noticia es que se trata de una patología fácilmente prevenible y tratable. Cuando la tensión se sitúa en el entorno de 75/120 mmhg, es normal y hasta 85/135 se alcanza un estado de pre-hipertensión. No obstante, por encima de esas cifras, se está ante una Hipertensión Arterial que abrá que tratar. Seguir unas recomendaciones básicas es el primer paso; los especialistas las resumen en las siguientes: Descansar del modo correcto y evitar situaciones que causen estrés. Seguir una alimentación equilibrada, y si es posible, adherirse a la dieta mediterránea, la más cardiosaludable. También existen dietas específicas para combatir esta patología. Consumir dos litros de agua al día; reducir el consumo de sal y alcohol; y en lo posible, eliminar el tabaco, o al menos fumar menos. Combatir el sedentarismo, la práctica de deporte es una de las principales recomendaciones para disminuir la Hipertensión Arterial. También destaca como principal medida preventiva. Si a pesar de estas pautas la tensión sigue por encima de los valores que los especialistas consideran aconsejables, hay fármacos para controlarla. En ese caso, será el médico quien lo determine y prescriba los medicamentos adecuados. Retrasar la demencia y el Alzheimer con el control de la Hipertensión. Las últimas evidencias científicas señalan que reducir la presión arterial podría ser beneficioso para la prevensión de la demencia. Es una de las conclusiones derivadas de distintas investigaciones que, a pesar de no estar diseñadas para estudiar la relación entre la Hipertensión y la Esfera Cognitiva, observaron que los pacientes hipertensos que recibían un tratamiento eficaz contra la Hipertensión, desarrollaban demencia en menor medida que los no tratados. El alcance de este descubrimiento llevó a que el Congreso de las Enfermedades Cardiovasculares (CEC) 2015, tratara esta relación, ya que, controlar la presión arterial, en pacientes de mediana edad, con medicamentos relativamente baratos, y que este hecho pueda lograr evitar o retardar la demencia en la edad anciana, supondría múltiples beneficios; destacándose así, el impacto que esto puede tener en el entorno socio-sanitario. "Los deseos deben obedecer a la razón". Así lo dijo Cicerón en su momento.