Muchos casos suceden en que las personas no son conscientes que las emociones y el pensamiento podrían estar en primer plano de las afecciones.
Más del noventa por ciento de la población mundial padece o padecerá de dolor de espalda con mayor o menor intensidad; a menudo ocurre que en el sistema sanitario se aplican tratamientos para que desaparezcan tales molestias, o al menos se intenta disminuirlo. No obstante, se debe interpretar como aliado del organismo, o bien, como un llamado de atención. De no encontrar la raíz del problema, cualquier solución terapéutica será transitoria, tan sólo, para mitigar los síntomas.
Conocerse para curarse es lo más indicado antes de concretar cualquier terapia sistémica, tanto el profesional que atiende el caso como el paciente mismo, debe preguntar y preguntarse cómo andan sus hábitos en determinadas situaciones de su vida, y si es necesario, dar un toque de timón para retomar el rumbo adecuado.
Luego de realizar una anamnesis (interrogatorio profundo) y exploración a fondo del paciente, se puede determinar el verdadero origen del dolor, que en ocasiones suele encontrarse alejado de la columna vertebral, e incluso ser de tipo emocional.
Nos enfrentamos a obtener un origen multifactorial, o sea, varios factores desencadenantes; Mientras que, se mantiene la posibilidad de una gran emoción que magnifica la causa principal del problema; a la vez, es importante separar los motivos de origen traumático, patologías graves, inconvenientes congénitos, y por supuesto, accidentes de orden físico, esto permite investigar más allá de lo tangible.
Tener en cuenta las somatizaciones, es decir, que el dolor físico puede atribuirse a la ansiedad y el estrés, aumentándose el dolor en su intensidad. Estos dos últimos son causantes de aumento en la liberación de adrenalina, provocando así mayor contractura muscular, y llegar a la determinación del dolor.
La explicación estriba en que se manifieste la ausencia de fallas estructurales como la escoliosis, artrosis o hernia discal, se mantenga una tensión muscular elevada en demasía que produce el dolor.
Cave la opción que la fuente del dolor sean las emociones, por ello, la persona debe interactuar consigo misma, al rastrear profunda y persistentemente el origen que lleva a sentir dolor, a través de la ayuda que puede brindar el profesional idóneo.
El organismo posee sus estructuras estrechamente vinculadas y conectadas a la columna vertebral, integrándose a las vértebras cervicales, dorsales y lumbares, además, el sistema nervioso se encarga de proteger y alojar la médula espinal.
A veces no es suficiente el estudio de resonancia magnética, ya que, si bien se observa la afección, la terapia maneja los síntomas, y las emociones se encargan de mantener la raíz activa; por tanto, en tales casos el profesional médico deriva al paciente para con el más indicado, que le corresponda implementar la solución.
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