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martes, 31 de agosto de 2010

HISTORIA DE USUI

Sólo por hoy, no te enojes.

Sólo por hoy, no te preocupes.

Sólo por hoy, sé agradecido.

Sólo por hoy, trabaja duro (practica meditación).

Sólo por hoy, sé bondadoso con los demás.

Emperador Meiji de Japón 1868-1912. Los Cinco Preceptos Reiki.

La historia del Dr. Mikao Usui, redescubridor del Reiki, se haya envuelta en un manto de leyendas. Existe una parte de su vida lo suficientemente bien documentada como para poder estar seguros de ella; el resto, sin embargo, queda restricto al ámbito de las creencias y suposiciones.

Se afirma que Mikao Usui nació el 15 de agosto de 1865 en Yago, una aldea al sur de Japón; que se casó con Sadako Suzuki con quien fue padre de dos hijos, y que murió el 9 de marzo de 1926, al parecer víctima de un infarto. Su cuerpo yace enterrado en el cementerio de Saihoji, un templo budista ubicado en las afueras de Tokio, y en su tumba se encuentra un memorial al que podemos visitar y en el cual está escrita buena parte de la historia de su vida.

El memorial está escrito en japonés antiguo, pero fue traducido al inglés por el Maestro de Reiki Frank Arjava Petter y su esposa Chetna Koyabashi, y desde allí se lo ha traducido a varias lenguas occidentales.

El texto completo lo podemos encontrar en el libro "Fuego Reiki", de Frank Arjava Petter.

En el memorial se nos cuenta que, hacia 1920, el Dr. Usui visitó el monte Kurama para realizar un retiro de ayuno y meditación de 21 días, durante el cual recibió súbitamente la energía Reiki en el tope de la cabeza. La tradición oral nos dice que el Dr. Usui vio los símbolos de Reiki dibujados de color dorado en el cielo, y que desde allí "lo penetraron" a través de su tercer ojo (el chakra frontal, o Ajna Chakra).

Experimentó con la energía Reiki primero en sí mismo y después con sus familiares, y al comprender que se trataba de un método de cura sumamente efectivo frente a varios tipos de males decidió enseñar su descubrimiento al mundo. Cuenta el memorial que en abril de 1921 abrió su primera clínica de Reiki en el área de Tokio, adonde atendía pacientes de todo Japón y capacitaba a varios alumnos para difundir su conocimiento. En setiembre de 1923 un gran terremoto devastó Tokio, Mikao Usui visitó entonces a heridos y enfermos, brindando sanación y esperanzas entre los más necesitados. A partir de entonces, su fama y su trabajo se propagaron como fuego.

También allí se nos dice que Usui enseñó Reiki a unas 2.000 personas, y que existían en su época numerosos talleres y clínicas de Reiki diseminadas por todo Japón. El Dr. Usui fundó la "Usui Reiki Ryoho Gakkai" (Sociedad Reiki del Método Usui de Sanación), de la cual fuera el primer presidente, y cuya sede en Tokio continúa en actividad hasta hoy.

Una afirmación corriente es que el Dr. Usui enseñó en la Universidad Doshisha de Kyoto y más tarde en la Universidad de Chicago, pero Arjava Petter dice haber consultado archivistas de ambos centros de estudios sin encontrar evidencia positiva.

Es poco lo que podemos afirmar con certeza acerca de la fe que el Dr. Mikao Usui profesaba. Se afirma en varias fuentes occidentales que el Dr. Usui era cristiano, aunque el hecho de estar su cuerpo enterrado en un cementerio budista y el tipo de práctica espiritual a la que se dedicaba en el momento de su inspiración Reiki parecen desmentirlo. Sin embargo, se afirma en su memorial que se trataba de una persona de una amplia cultura y conocimiento religioso, y es probable que, en virtud de su incesante búsqueda espiritual, al menos en alguna parte de su vida haya practicado el cristianismo. El hecho de que haya practicado la caridad atendiendo a los necesitados después del terremoto de 1923 y sus frecuentes visitas a los barrios más miserables parecen acercarnos a esta idea.

Su estadía en el templo del monte Kurama (Kuramayama) en el momento de su inspiración Reiki es significativa. El monte es un centro energético y espiritual desde tiempos antiguos, cuyo templo fuera construido en el año 770 después de Cristo, y fue elegido por emperadores y nobles para la práctica espiritual. La naturaleza en los alrededores del templo está protegida por mandato imperial desde hace siglos, y existen allí un espeso bosque de cedros repleto de altares, refugios para meditadores y una cascada en cuya cercanía el Dr. Usui realizó su retiro. El monte Kurama constituye un santuario muy frecuentado por buscadores de diferentes tradiciones y religiones en virtud de ser un ambiente propicio para la práctica meditativa. En el templo no se practica una religión en el sentido corriente de la palabra, sino que allí se venera a las manifestaciones de una fuerza presente en todo el Universo, a la que se llama casualmente "Energía Vital Universal". Esta veneración se manifiesta a través de un culto abierto al público, por un lado, y de un ritual de iniciación secreto, accesible a la práctica para cualquiera que lo solicite, independientemente de la religión que profese y sin ninguna obligación litúrgica o sectaria posteriorr.

La historia de la inspiración Reiki ocurrida al Dr. Usui, transmitida de forma oral de maestros para alumnos, es más o menos la siguiente:

Cuentan que el doctor Usui a lo largo de su búsqueda espiritual se mostró interesado en la forma en que varios Maestros de la Humanidad (como Buda o Jesús) conseguían sanar con las manos y emprendió una profunda investigación durante años para obtener alguna información al respecto.

Aconsejado por un amigo personal que era líder de un monasterio budista, Mikao Usui inició estudios del idioma chino y viajó pesquisando antiguos textos espirituales y religiosos que mencionaran hechos de sanación a través de la imposición de manos. De esta forma encontró muchas antiguas historias de milagros y vidas de santos, pero no pudo hallar ni una palabra que le mostrara como hacer para llevar estos milagros de sanación a la práctica.

Sus investigaciones lo llevaron a estudiar el sánscrito, y se dice que una vez obtuvo un texto donde se describía el proceso para convertirse en un sanador, pero no pudo hallar en él, el modo objetivo y funcional de llevarlo a la práctica.

Su amigo lo induce entonces a buscar una solución de tipo espiritual: le recomienda realizar un retiro de ayuno y meditación; 21 días en la soledad del monte Kurama.

El doctor Usui escoge un santuario cerca de la cascada adonde iría a permanecer en retiro, dispuesto a quedarse allí hasta que encontrara el conocimiento que está procurando. Alínea a sus pies 21 guijarros, los cuáles serán arrojados a la cascada uno a uno al amanecer de cada nuevo día. El resto del tiempo lo pasa orando y meditando.

Las piedras a sus pies se están acabando y Usui no ha notado ningún cambio. Días y noches se suceden, la calma de la meditación inunda su alma, pero a respecto de sanar con las manos aún continúa bajo un manto de ignorancia.

Finalmente el último día llega. Poco antes de clarear, Mikao Usui toma el último guijarro dentro de su puño y antes de arrojarlo a las aguas crepitantes ruega para que su pedido sea cumplido. Esta vez, los dioses deciden escucharlo.

Repentinamente un resplandor dorado comienza a crecer y aproximarse desde el horizonte. Sin dudas, viene hacia él. La primera reacción de Usui es sentir miedo y quiere huir, pero pronto comprende que él ha pedido para que algo le sea dado, y que ese "algo" está viajando desde el Cielo para alcanzarlo.

La luz dorada se convierte en innumerables esferas tridimensionales que se introducen en él a través del tercer ojo, cada una conteniendo escenas completas donde se le muestra cómo sanar con las manos, cómo hacer uso de ese poder y cómo enseñarlo a los otros. Cuando el desfile de las esferas doradas cesa, estupefacto y eufórico comprende que su pedido ha sido satisfecho, arroja la última piedra y decide volver a casa.

Descendiendo por la ladera de la montaña recibe la primer confirmación de que lo ocurrido no ha sido su imaginación sino un hecho notable: ha pasado veinte días sin comer ni beber y se siente fuerte y lleno de energía.

Tanto, que en su entusiasmo tropieza con una piedra y se lastima un pie. Roja sangre fluye con fuerza de la herida, Mikao Usui mantiene la calma, recuerda lo que acaba de ver en las esferas y simplemente coloca sus manos sobre la herida hasta obtener la segunda confirmación del poder sanador de Reiki: en pocos minutos la hemorragia cesa y el pie parece estar sano nuevamente.

Continúa su caminata hasta llegar al pie del monte Kurama, donde un anciano mantenía una pequeña fonda para alimentar a los peregrinos cuando regresaban de sus meditaciones. Usui pide un poco de arroz frío y té; cuando es servido, advierte que la hija del dueño de casa, quien le traía sus alimentos, lleva la cara vendada con un trapo en un intento de aliviar un severo dolor de muelas. El rostro de la joven está hinchado y dolorido, su semblante dejaba ver que no tenía esperanzas de ponerse bien aquel día.

Usui pide permiso para tratarla, coloca sus manos en el rostro de la joven y deja fluir la energía durante algunos minutos. Para el asombro de todos los presentes, la inflamación y el dolor ceden, haciendo que la joven vuelva a sonreír en una muestra de agradecimiento.

A partir de entonces su trabajo fue incesante en ayudar en la sanación de personas y formar otros reikianos para que colaboren en divulgar el poder curador de la energía Reiki en el mundo. Tanto, que nunca se ocupó en dejar para la posteridad los detalles de su historia personal, dejándola envuelta en un manto de leyendas.

"En presencia del Mal, el hombre noble da grandes pasos en dirección del Bien".

Los Niveles Reiki.

Es necesario realizar un curso de Reiki con algún Maestro calificado antes de poder practicarlo.

Como practicantes, podemos tener acceso a la energía Reiki a través de tres niveles diferentes, los cuales no varían de intensidad en la aplicación sino que otorgan diferentes capacidades para proyectar la energía.

Si bien cualquier persona que así lo quiera está capacitada para recibir Reiki, la iniciación del primer nivel nos permite darnos Reiki a nosotros mismos y dar tratamientos de Reiki a otras personas, así también como a animales, plantas, alimentos, medicamentos, regalos, aparatos electrónicos y todo tipo de objetos a los que la inspiración nos vaya guiando. Siempre es un requisito fundamental contar con el permiso de la otra persona antes de darle un tratamiento, de otra forma el torrente de energía perturbaría tanto a la persona que sin saberlo lo recibe como a la relación que tenemos con ella, dejando así Reiki de ser energía del amor y la sanación para transformarse en una intrusión.

Después de la iniciación de segundo nivel el practicante amplía sus capacidades, consiguiendo enviar Reiki a distancia a través del uso de tres Símbolos Reiki específicos. Su uso es indicado tanto para hechos y personas que se encuentran lejos físicamente, como para sucesos y relaciones ubicados en el pasado o en el futuro.

De esta forma se puede complementar la aplicación de Reiki directamente sobre nuestros cuerpos con el envío de Reiki a, por ejemplo, sucesos y relaciones de nuestra historia personal, limpiándonos así etéricamente de la carga psico-emocional que muchas veces nos va quedando como marcas del pasado. Es importante aclarar que aquí también es fundamental pedir permiso para poder enviar Reiki a otra persona, aunque si lo hacemos a situaciones o relaciones que nos atañen personalmente quedamos eximidos de hacerlo, siempre y cuando al formularlo aclaremos que estamos enviando Reiki a "la relación con..." y no directamente a la persona. De esta forma no nos volvemos intrusos y emprendemos un proceso de sanación con el 50% de la relación que nos corresponde, sin correr riesgos de entrometernos energéticamente con el otro.

Otra posibilidad que brinda el segundo nivel es la modalidad conocida como Reiki o cura mental, tanto para nosotros mismos como para dar a otros, el cual, trabaja directamente con los contenidos de la mente, limpiando y ayudando a procesar contenidos y actitudes mentales conflictivas.

Siempre es recomendable que entre uno y otro nivel el reikista experimente todos los alcances de la energía Reiki durante un tiempo razonable antes de emprender una nueva iniciación, para poder adquirir mayor dominio de la técnica. Es importante señalar que si bien, como ya hemos dicho, subir de nivel no aumenta la intensidad del fluído de energía, sí lo hace una práctica asidua, siendo normal encontrar practicantes de primer nivel "más intensos" que practicantes del segundo o tercero, dependiendo esto únicamente de la perioricidad y el compromiso que cada reikista incorpore a su práctica.

Con el tercer nivel el reikista accede a la llave energética, el llamado Símbolo Maestro, para convertirse él también en transmisor del método. En sí misma, la tercera iniciación brinda la capacidad energética para hacerlo, aunque en la práctica se haga necesario realizar posteriormente un seminario para aprender los rituales de iniciación y diversas generalidades del quehacer de un transmisor del método. A este seminario hay quienes lo llaman cuarto nivel.

Usos de Reiki.

Como ya mencionamos más arriba, existen numerosos usos posibles para Reiki, cabiendo al practicante la responsabilidad y la creatividad a la hora de juzgar la conveniencia de su uso. Personalmente recomiendo fervientemente probar nuevas posibilidades, siempre observando el respeto y el amor por el otro, sin imponer nada. Entiendo que cuando experimentamos un conocimiento personalmente y "lo hacemos carne" en nosotros mismos, este conocimiento se transforma en sabiduría, o sea, comienza a operar activamente en nuestra realidad. En cambio, cuando adquirimos un conocimiento sin su consecuente experimentación personal, leyendo un libro o escuchando las historias de otros, ese conocimiento "prestado" no pasa de ser un artículo más en la carga de nuestra mochila de la vida. Siddharta Gautama el Buda comentaba esta actitud comparándola con la del pastor que vive preocupado contando las vacas de los otros, sin ocuparse del propio rebaño.

Siendo Reiki una actividad sumamente práctica, el conocimiento a su respecto sólo se logra en la práctica. Sin embargo, contamos ya con la experiencia de varias generaciones de reikistas alrededor del mundo, experiencia que podemos usar de base para nuestro propio viaje a través de la Energía Vital Universal.

A mi entender, el principal uso del Reiki es el autotratamiento, cuya
práctica podrá acompañarnos a lo largo de toda nuestra vida. Personalmente mi vida puede dividirse en un antes y un después de Reiki, ya que la práctica diaria de autotratamientos que emprendí durante años me brindó confort y relajación, ayudó en la sanación de enfermedades cotidianas como indigestiones y resfríos y de algunas otras más pesadas y crónicas como la
vulnerabilidad de mi hígado (gracias a la aplicación casi constante de Reiki, viajando en ómnibus, en el cine, mirando televisión, conseguí superar una hipersensibilidad casi crónica que tenía a innumerables alimentos, que ahora disfruto y tolero mucho mejor), me sanó golpes y heridas, contribuyó a conseguir la indispensable claridad mental necesaria para lidiar con el día a día y me impulsó a emprender nuevos desafíos con más calma y serenidad.

La otra aplicación clásica, como sabemos, es el tratamiento para otros.

Además de todo lo que ya mencionamos al respecto, existe otro tipo de uso: los casos de emergencia y accidentes. Por ejemplo, alguien se martilla un dedo, entonces simplemente tratamos el área dolorida lo más rápidamente que podamos hasta que el dolor pase o sintamos que ya fue suficiente. Las señales para sentir cuando es necesario más Reiki que el padronizado, cuando es tiempo de seguir y cuando de parar comienzan a resultarnos claras con el paso del tiempo y la práctica. Nuestra mejor fuente de aprendizaje vendrá de nuestras propias sesiones de autotratamiento, y dependiendo de nuestra calidad como receptores intuitivos de información no verbal, podremos en algunos casos establecer diagnósticos precisos y holísticos después de unas cuantas posturas.

Es bueno recordar que Reiki acelera los procesos curativos, por lo que es común que durante los primeros instantes de aplicación sobre una zona con dolor éste se intensifique, disminuyendo visiblemente e incluso desapareciendo con el correr de los segundos. Se ha comprobado en la práctica que durante una emergencia cuanto antes hagamos la aplicación, mejores son los resultados de la cura. También podremos reaplicar Reiki cuantas veces consideremos necesario, los resultados siempre serán sorprendentes: las heridas curan rápido casi sin dejar rastro y los moretones desaparecen a la brevedad.

Existen además una variedad de otras aplicaciones, que comenzaremos a comentar. Un uso muy común y recomendable es darle Reiki a nuestras mascotas. Se dice que en general los perros aceptan Reiki con deleite, en tanto el comportamiento de los gatos suele ser más contradictorio. Shanti, una gata con quien conviví durante unos años, tolera el Reiki etérico con cierto desdén pero suele rechazar de plano el Reiki físico, excepto cuando está con algún tipo de malestar, ocasiones en que lo recibe con gusto. Como la distribución de los órganos internos de los animales es similar a la de los humanos, el esquema general para el tratamiento también es similar. Con animales más pequeños como pájaros o hamsters lo mejor es ponerlos entre el cuenco de las manos; ya con peces podemos poner las manos a los costados de la pecera energizando el agua.

Otro uso recomendable es aplicarle Reiki al agua, ya sea porque tiene mal sabor o simplemente para energizarla. Del mismo modo podemos darle Reiki a bebidas y alimentos, especialmente si fueron comprados fuera de casa o si no estamos seguros de si fueron preparados con amor. Casi todo el mundo coincide en que la comida casera tiene mejor sabor, y si bien Reiki no va conseguir mejorar la calidad de los ingredientes ni la forma de cocción, le va a dar al alimento la misma cualidad amorosa que si la hubiéramos preparado nosotros mismos con la mayor dedicación.

Otro caso similar es el de los medicamentos, los cuales van a ver incrementada su potencia curativa y se van a limpiar de cualquier carga energética pesada adquirida tanto en la preparación como en el manoseo durante el transporte.

Otra posibilidad interesante es el uso de Reiki en plantas. Como éstas absorben la mayor parte de la energía a través de las raíces, podemos aplicar las manos sobre la tierra alrededor del tallo o a los costados de la maceta, si fuera el caso. En árboles podemos dar Reiki sobre el tronco.

También podemos darle Reiki al agua contenida en una regadera. Las plantas suelen recibir Reiki con visible provecho, y es especialmente indicado después de realizar podas o transplantes, cuando notaremos que su recuperación es inmediata.

Hacemos la salvedad aquí que como Reiki acelera y estimula todo tipo de procesos, si cualquier ser vivo ya hubiera agotado la energía de su ciclo de vida, un tratamiento de Reiki ayudaría a ese ser a acelerar su proceso de desencarnación.

Otro uso interesante es darle Reiki a cartas o regalos, para teñirlos con la sutil energía de vida. Aunque en apariencia no observaremos ningún cambio objetivo, nuestra carta o regalo tendrá a los ojos del espectador un aspecto más alegre y llamativo. Un uso similar podemos darle a aparatos mecánicos y electrónicos, mismo que a objetos de uso personal, como cepillos de dientes y ropa. En todos los casos, los objetos serán limpiados de cualquier energía densa que los estuviera cubriendo, los volvería aún más "personales" y les prolongaría el ciclo de vida útil.

Una posibilidad interesante para enviarle Reiki a personas o situaciones a distancia es la llamada "Caja Reiki". Primero debemos escoger una caja de tamaño apropiado para guardar varias fotos, papeles u objetos. La caja puede ser de cualquier material no metálico, y su uso deberá quedar restringido al Reiki para que sea efectivo. Una vez que la hayamos escogido, podemos introducir en su interior fotografías u objetos que simbolicen a una persona o situación, cerramos la caja y poniendo las manos encima dejaremos que la energía fluya. Una vez más, recordamos que necesitamos la aprobación del otro antes de enviarle Reiki.

Un método más eficiente para enviar Reiki a distancia es practicado por estudiantes iniciados en el segundo nivel.

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