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lunes, 30 de agosto de 2010

¿QUÉ ES REIKI?

Reiki es un sistema holístico de sanación natural, cuyos orígenes se Remontan a los principios de los tiempos. Se trata de la misma energía que APlicamos cuando pasamos la mano sobre el lugar donde nos acabamos de golpear, o cuando hacemos el gesto de llevarnos las manos al centro del pecho si estamos angustiados o sentimos compasión.

La palabra japonesa "Reiki" quiere decir "Energía Vital Universal"; esto es, la energía de vida presente en cada ser vivo o cosa presente en el Universo.

Como tal, esta energía es inagotable, pues no procede de un individuo en particular (el reikista), sino que surge de la matriz misma del Universo y solamente es canalizada por el practicante Reiki. Por lo tanto, es falso creer que somos nosotros quienes realizamos la cura o sanación, siendo en verdad Reiki quien cura y da bienestar.

Todos somos canales Reiki:

Es nuestro patrimonio evolutivo poder volvernos canales conscientes de la Energía Vital Universal. La diferencia entre una persona cualquiera poniendo las manos adonde le duele y un practicante de Reiki es la cualidad del acceso a la fuente de energía. Como partes integrantes del Universo, todos tenemos acceso a una "porción" de energía Reiki por derecho natural, sólo que, a causa de los procesos de socialización, la educación y los traumas emocionales propios de la vida de cualquier persona normal, los canales por donde la energía debiera circular libremente se encuentran, al menos parcialmente, bloqueados, impidiendo en consecuencia que el fluído Reiki llegue en forma inagotable a su destino.

Por lo tanto, si bien todos conseguimos aliviar el dolor al ponernos las manos sobre el lugar golpeado, pronto esa energía sanadora estará agotada, y si insistimos en aplicarla más allá de nuestras fuerzas (sobre todo si lo hacemos sobre el dolor de otra persona), lo único que conseguiremos es desenergizarnos, sentirnos agotados y tal vez, en casos extremos, enfermarnos.

A partir de una iniciación Reiki, la energía queda "encendida" para siempre.

Como sabemos, una persona se convierte en reikista a través de una iniciación. Esta iniciación, la cual vista externamente puede tener un carácter "mágico", es en realidad una limpieza energética de los canales de energía de nuestro cuerpo etérico, llamados "nadis" en la tradición yóguica, los cuales, conectan los principales centros de energía (los llamados "chakras") y la transportan a todos los rincones de nuestro cuerpo.

La "maestría" de un profesor de Reiki se limita en realidad a limpiar energéticamente nuestro sistema de nadis, permitiendo de esta forma que la Energía Vital Universal nos penetre por el chakra ubicado en la coronilla ("Sahasrara"), descienda hasta el chakra del corazón ("Anahata"), el cual, entre otras cosas, es el chakra relacionado al Amor en su forma impersonal, y desde allí, convertido por la fuerza del Amor en energía de sanación, viajar a los puntos reflejos de Anahata ubicados en las palmas de las manos para poder ser aplicados adonde nos resulte necesario.

Nos convertimos así en una suerte de bambú hueco, dejando que la energía de la existencia se exprese a través de nuestro ser.

Es por esto que se afirma que Reiki es la Energía del Amor, obtenida de la Fuente Universal, transmutada por el Amor Incondicional presente en cada uno de nuestros corazones, aplicable a cualquier persona u objeto adonde llevemos nuestras manos.

Después de una única iniciación la persona queda conectada con la energía Reiki para el resto de su existencia, independientemente de si hace uso o no de esa conexión aplicando o aplicándose Reiki. Depende únicamente de la asiduidad y del compromiso con su práctica para conseguir con el correr del tiempo mayor intensidad en la aplicación.

Como podemos ver, Reiki no constituye ninguna forma de creencia o religión, antes bien es una técnica pragmática de trabajar con la energía, y se la denomina "holística" en virtud de que trabaja tanto en el plano físico como en el psicológico y emocional, convirtiéndose en la práctica en una forma de meditación para quien así lo requiera.

Es necesario aclarar que una iniciación de Reiki no nos convierte en seres más exitosos, comerciantes más ricos o personas más equilibradas, mucho menos en seres iluminados. Si bien en algunos casos puede ayudar a conseguir todo eso, es bueno recordar en todo momento que para superarnos y mejorar en cualquier aspecto hace falta determinación, valor y trabajo. En primera instancia lo que Reiki logra en nosotros es abrirnos la puerta a un mejor autoconocimiento psico-emocional. Nos ayuda a ver la relación entre los aspectos emocionales y el funcionamiento de nuestro cuerpo, con lo que conseguimos mirar más de frente a nuestra "Sombra" (aspectos negativos, peligrosos o vergonzosos de nuestra identidad, por lo general ocultos en nuestro inconsciente), integrarnos con ella y de esta forma aprender a relacionarnos mejor con nosotros mismos y con aquellos que nos rodean.

Reiki también nos introduce en una nueva percepción de nosotros mismos en relación con el Universo. Al formar parte del torrente de energía universal, nos damos cuenta que sólo somos una gota de conciencia inmersa en el gran océano cósmico. De esta forma nos volvemos más compasivos, ya que comenzamos a comprender que el dolor del otro es igual a nuestro dolor; más amorosos, porque nos percibimos parte de la unicidad de la existencia; más confiantes, porque nos sabemos un instrumento de la gran orquesta cósmica.

Como sistema de sanación, Reiki acelera y tonifica los procesos de autosanación propios de cada organismo, desplazando las energías densas bloqueadas tanto a nivel físico como psico-emocional y reemplazándolas por un torrente de energía de sanación, restaurando así el fluir energético natural propio de cada uno. La energía Reiki trabaja reequilibrando lo que estuviera desbalanceado, quitando los excesos y llenando las faltas, impulsando lo luminoso sobre lo oscuro. De esta forma ayuda a superar dolores o enfermedades, estimula convalescencias, alivia tensiones físicas y mentales, renueva la energía del cuerpo y ayuda a integrar procesos psicológicos conflictivos, otorgando una sensación de calma y paz mental.

Reiki pareciera contar con un "radar" con el cual rastrea y disuelve los puntos adonde la energía se encuentra en tensión, no siendo necesario saber de antemano que es lo que el paciente precisa: Reiki siempre encuentra su camino para llegar donde es preciso, quitando los excesos y llenando las faltas.

También es recomendable su práctica en la ausencia de enfermedades o conflictos serios; una sesión de Reiki nos otorga una sensación de bienestar y leveza físico-emocional que nos ayuda a enfrentar las dificultades de nuestro día a día con la mejor disposición.

El Reiki no puede herir a nadie ni hacer daño, no destruye; por el contrario, construye y protege. Vitaliza toda forma de vida y sólo puede hacer el bien.

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