Si ha olvidado su contraseña, no se preocupe, con el uso de la biometría, un grupo de investigadores ha logrado avances importantes que nos acercan a ese día en el que accederemos a dispositivos y sitios web únicamente con el contacto de la yema de un dedo.
(NC&T) "Esta investigación abre el camino al uso de métodos eficientes para evitar el acceso no autorizado a aparatos tales como teléfonos móviles, dispositivos inalámbricos, reproductores de audio e incluso sitios web seguros", explica Venu Govindaraju, investigador principal, profesor de informática e ingeniería en la Universidad de Búffalo, y director del CUBS (Center for Unified Biometrics and Sensors). "El acceso mediante huellas dactilares podría evitar a los usuarios la necesidad de recordar todas esas molestas contraseñas. Este desarrollo también ayudará a hacer más efectivo el cotejo de las huellas dactilares en el ámbito de la policía científica".
La investigación se ha dirigido a especificar las dimensiones físicas de la almohadilla sensorial con el propósito de lograr niveles concretos de seguridad; un hecho que ha ganado importancia a medida que los dispositivos se hacen más pequeños.
Govindaraju explica que cualquier compañía que valore la posibilidad de utilizar la validación por huellas dactilares para controlar el acceso, estará también interesada en saber hasta qué nivel de seguridad se puede llegar con este método. "Con el uso de contraseñas, ésta es una tarea simple. Es fácil deducir que una clave de 6 letras será mucho más difícil de violar que una clave de 3 letras, porque hay muchas más combinaciones posibles". Del mismo modo, Govindaraju y sus colegas decidieron hacer el intento de medir cuán grande debe ser la imagen de una huella dactilar para alcanzar un nivel aceptable de seguridad.
Por primera vez, hemos calculado el área de superficie mínima requerida para escanear una huella dactilar con el propósito de alcanzar un nivel de seguridad que es comparable aproximadamente al alcanzado por una contraseña de 6 letras".
El nuevo sistema, denominado APFIS (Automated Partial Fingerprint Identification System), se basa en un algoritmo desarrollado por los científicos de la Universidad de Búffalo, y permite que los sistemas computarizados de, por ejemplo, bancos y tiendas online, decidan si dan acceso o no al usuario, mediante el cotejo de 2 imágenes de huellas dactilares: la almacenada y la "nueva". Y todo esto, aún cuando sólo parte de la huella sea captada. Govindaraju indica que esto es importante, pues ya sea una huella dactilar, una imagen del rostro, o una señal de audio con la voz, el caso es que los rasgos biométricos son captados a menudo en condiciones que no son las óptimas. "Como nuestro método para cotejar huellas ya asume que la imagen de la huella no está completa, esto le permite llevar a cabo un análisis comparativo más racional y robusto", explica.
Hoy por hoy, ya es utilizado este servicio de huellas dactilares, específicamente en la seguridad de ingresos a inmuebles de condominios, remplazando en ciertos casos a la tarjeta magnética.
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