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domingo, 3 de octubre de 2010

EJEMPLO DE VIDA Y MENSAJE POSITIVO

Marcos tiene 38 años y es ciego. Tras viajar durante ocho años 700 kilómetros todas las semanas desde Mar del Plata a La Plata para estudiar, se recibió y se casó. Tiene una hija, tres trabajos y fue premiado:

"Me gusta contar mi historia porque tiene un mensaje positivo", contó Marcos Folgar y explicó: "A los 25 años quedé ciego por una infección en la vista, esos casos que son uno en un millón me tocó a mí y tuve que encararlo con grandeza".

En ese momento, ya se había recibido de Técnico Superior en Turismo, trabajaba en una agencia de viajes y había comenzado a estudiar Geografía como "hobby".

Sólo que, cuando en agosto de 1996 quedó ciego, decidió abandonar todo para resolver como iba a seguir adelante ante el nuevo panorama que se le presentaba.

"Siempre me gustó mucho la radio y empecé con un programa de turismo y a partir de esto empecé a entrar en los medios, uní las dos cosas que más me gustaban", aseguró.

Sin embargo, no estaba del todo satisfecho y sintió necesario comenzar a estudiar la Licenciatura en Comunicación Social para seguir inmerso en los medios.

Si bien en Mar del Plata tenía la posibilidad de realizarlo en dos universidades privadas, Marcos consideraba que no era suficiente y decidió hacerlo en la Universidad de La Plata.

"Mi planteo cuando quedé ciego fue 'Marcos seguís siendo el mismo, lo único que cambió es que sos ciego', yo me planteé que siga siendo el mismo", recalcó y agregó: "Hay un término que se llama resiliencia, es la fuerza interior que todos tenemos y que aflora en un momento de adversidad, yo debo haber tenido mucha resiliencia".

Pareciera que la ceguera para Marcos lejos de convertirse en una limitación, le dio el impulso para ir por más. Se casó con su novia (con quien salía desde un año antes de perder la vista), tiene una hija y si hay algo que no le falta es el trabajo.

Durante ocho años viajó 700 kilómetros por semana. Se iba a las 12 de la noche para llegar a las 4 de la mañana, hacía tiempo en lo de unos amigos hasta que a las 8 hs, comenzaba las clases. Daba todas las materias posibles en un día y llegó a cursar hasta 10 horas seguidas para poder estar cuanto antes en Mar del Plata, ya que, además, tenía que trabajar. "Sólo me podía tomar un día", explicó.

"En la carrera fui avanzando de la mano de la tecnología. Tengo una amiga que fue como mi guía, que me leyó el 80% de mi carrera para estudiar. Me lo leía, me lo grababa en cassette y después lo escuchaba en grabador. Lo memorizaba o lo pasaba a otro cassette como un resumen. Después se fueron digitalizando los textos en mayor medida y fui leyendo textos en las computadoras por medio de un programa".

"En general, en ningún momento sentí ninguna discriminación, ni positiva, ni negativa, te trataban como uno más. Todo me costó en su justa medida como a cualquier persona", aseveró.

Y consideró: "Después de quedar ciego yo seguí paseando con mi esposa, tenemos una hija, sigo comiendo asados con mis amigos. A veces es la sociedad la que 'discapacita'. Si vos me ponés un auto en la ochava, en la rampa, sos vos el que no permitís que me maneje libremente".

Marcos también señaló que hay una especie de "tabú" con respecto a su ceguera. "Pasan mujeres por mi lado y dicen 'Ay pobrecito', y yo tengo ganas de frenarlas y preguntarles '¿Por qué pobrecito?'", cuestionó.

"Si me ofrecen cambiar mi vida por volver a ver, no la cambio por nada. Lo juro y lo perjuro. Ver no es la felicidad plena..."

Un claro ejemplo de vida que permite manifestar la realidad, una realidad que deja entrever el positivismo que explicita con toda claridad la persona de Marcos, quien revela orgulloso todos sus logros alcanzados, con su propio esfuerzo y decisión. Además, existen muchos ejemplos como éste, nada ni nadie puede detener lo que la "Creación" dispone ante nosotros.

Es evidente que la misma sociedad que habita este planeta, se ocupa muy bien de encriptar una discapacidad, haciéndola más notable, en lugar de integrar y abrirse a tal realidad, es tiempo que los claros ejemplos y esfuerzos de personas con alguna dificultad, sean advertidos y tomados para incorporarlos y seguir los parámetros que demuestran los indicadores.

Observemos que todas las personas (seres humanos) somos discapacitados, ¡¡¡en efecto!!! Lo somos... ¿¿¿A ver quién se atreve a negarlo???

Tenemos capacidades para algunas situaciones de las que nos proveemos, no obstante, necesitamos de otras que no estamos preparados, o sea, estamos discapacitados para tales otras. Sin embargo, el "Universo" pone cada cosa en su debido lugar, y permite que otras personas tengan capacidades diferentes, de las que nos servimos con la mayor utilidad. Y así llegamos a tener todo lo básico e indispensable. Obsérvese esta realidad, y quien esté libre de pecado que tire la primera piedra...

Conoce la verdad y os hará libre... Si pensamos en la discriminación, nos daremos cuenta que todos estamos discriminados. En cambio, la realidad es otra...

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